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DEJE SU ORACIÓN

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TE BENDIGO OH DIOS,

porque en mi vida demasiado angustiada

siempre me has dado, entre una carrera y otra, momentos de pausa, de oración, de paz.

Eres tú, para mi, el "silencio que habla",

el pozo hacia donde muevo mis pasos,

sabiduría que llama a la puerta de mi corazón.

Siempre me has hecho conocer personas en las que he visto un rayo de Tu luz y brillar Tu calidez, vidas sencillas con sabor a autenticidad con las que pude intercambiar humildemente pensamientos, vivencias, fragmentos de sabiduría.

En mi pequeñez de criatura doy la bienvenida al misterio de Tu sutil presencia desde lo más profundo de mis entrañas.

Te digo ¡GRACIAS!  (Franco Barbero)

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Señor Jesús, creo en tus palabras: “¡No temas, soy yo! ... Recibe el Espíritu Santo”.

Te doy gracias porque sé que no me diste un Espíritu de miedo, sino un Espíritu de paz y gozo, un Espíritu de amor y unidad.

Gracias porque Tú repites a mi corazón: "¡Yo digo que si crees, verás la gloria de Dios!”.

Es tu rostro, Señor, lo que busco; muestrame tu cara.
Creo que nada es imposible para Dios y todo el poder le ha sido dado a su Hijo, Jesús.

Creo, Señor, pero aumenta mi fe y para que esta fe mía se fortalezca, dame las señales que prometiste a los que creerán en Ti.

Contigo, Señor, ya no tengo miedo de ningún mal y me siento seguro (Salmo 91).
Me pongo bajo la protección de la Sangre de Jesús y ya no tengo miedo de las trampas de los impíos, de los espíritus malignos, de ninguna maldición o infestación.

En el nombre de Jesús, aferrado a su santa Cruz, nada puede perturbarme.

Si Jesús mismo está conmigo, ¿quién estará contra mí? Con él nada me asusta: la enfermedad, la muerte, la pobreza, el abandono, nada pueden hacer en mi contra.

En el nombre de Jesucristo, por el poder de su Sangre, por el poder del Espíritu Santo, echo fuera todo espíritu de temor y perturbación de mi corazón, mente y cuerpo.

Tomo la autoridad sobre todo esto. Estoy seguro de que con Jesús, Señor de mi vida, viviré en confianza, alabándolo sin fin.

Mi luz y mi salvación es el Señor. ¡Aleluya!​

(P. Stanzione)

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